La huella de carbono obligatoria el nuevo desafío que deben afrontar las pymes españolas
La sostenibilidad ya no es una opción. A partir de 2026, todas las pequeñas y medianas empresas tendrán que enfrentarse a una nueva normativa que marcará un antes y un después en sus obligaciones legales: la huella de carbono obligatoria. Esta exigencia, derivada del Real Decreto 214/2025, afectará directamente a miles de pymes en toda España, muchas de las cuales aún no están preparadas para cumplir con los nuevos requisitos medioambientales.
En este artículo, desde Asesoría Principado, analizamos en qué consiste esta normativa, cómo afecta a las empresas y qué pasos pueden dar para adaptarse con éxito a este nuevo entorno regulatorio.

¿Qué es la huella de carbono obligatoria?
La huella de carbono obligatoria es la medición del total de gases de efecto invernadero que genera una empresa en el desarrollo de su actividad. Estos gases se expresan en toneladas de CO₂ equivalente, e incluyen emisiones directas (como el consumo de combustibles) e indirectas (como el uso de electricidad o el transporte de mercancías).
Hasta ahora, calcular y registrar la huella de carbono era una práctica voluntaria para la mayoría de las empresas. Sin embargo, con la entrada en vigor del Real Decreto 214/2025, este proceso pasará a ser obligatorio para todas las pymes que operen en territorio español.
¿Qué implica para las pymes?
La nueva normativa establece que las empresas deberán:
Medir anualmente su huella de carbono obligatoria.
Inscribirse en el Registro de Huella de Carbono del Ministerio para la Transición Ecológica.
Elaborar un plan de reducción de emisiones si superan ciertos niveles.
Hacer pública esta información, por ejemplo, en su página web.
El objetivo del decreto es doble: por un lado, cumplir con los compromisos climáticos adquiridos por España en el marco de la Unión Europea; y por otro, impulsar un tejido empresarial más sostenible y consciente de su impacto medioambiental.
Un dato preocupante: el 83% de las pymes no están preparadas
Un reciente estudio revela que el 83% de las pymes españolas no está preparada para cumplir con la huella de carbono obligatoria. Muchas desconocen qué emisiones deben medir, qué herramientas utilizar o cómo presentar la información ante la administración. Esto supone un gran riesgo, no solo por las posibles sanciones, sino también por la pérdida de competitividad frente a empresas más adaptadas.
Además, cada vez más grandes compañías están exigiendo a sus proveedores informes de sostenibilidad. Es decir, la huella de carbono obligatoria también se convertirá en un criterio clave para seguir formando parte de ciertas cadenas de suministro.
¿Cómo adaptarse a esta nueva obligación?
Desde Asesoría Principado recomendamos a las pymes comenzar cuanto antes a prepararse. Estos son algunos pasos clave:
Diagnóstico inicial: evaluar qué procesos generan emisiones y recopilar datos relevantes.
Elegir una herramienta de cálculo: existen softwares específicos y plataformas oficiales que facilitan el proceso.
Contar con asesoría especializada: apoyarse en expertos permite reducir errores y ganar tiempo.
Diseñar un plan de mejora: una vez conocida la huella, es fundamental plantear acciones para reducirla progresivamente.
Comunicar el compromiso: publicar los resultados de forma transparente refuerza la imagen de marca.
Una oportunidad para diferenciarse
Aunque a priori puede parecer una carga más, la huella de carbono obligatoria también representa una gran oportunidad. Las empresas que se adapten con rapidez podrán acceder a ayudas públicas, mejorar su posicionamiento en licitaciones y fortalecer su reputación frente a clientes, proveedores e inversores.
En un mercado cada vez más consciente del impacto ambiental, demostrar compromiso con la sostenibilidad es una clara ventaja competitiva.
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